Si sufres de estrés o ansiedad en la época de exámenes, aquí encontrarás algunos consejos útiles para remediar esta situación: Antes del examen: Duerme: Algunos creen que pasar la noche en vela es la mejor manera de estudiar; sin embargo, dormir bien ayuda a tu cerebro a procesar todo lo estudiado, de manera que te ayuda a recopilar y entender mejor toda la información que almacenaste. Aliméntate: No desayunar es una mala manera de comenzar el día. Tu cuerpo necesita proteínas para funcionar correctamente. Si quieres tener energía durante el día, no olvides desayunar. Durante el examen: Resuelve lo más fácil: No te quedes estancado en la primera pregunta si es que no sabes la respuesta. Es mejor comenzar con algo que sepas y te tomes tu tiempo en resolverlas. Deja las preguntas difíciles para el final, y si no puedes hacerlas no hay problema ¡Es sólo un examen! Respira profundamente: Si sientes que tu mente está bloqueada, toma un tiempo para inhalar por cinco segundos y luego exhalar lentamente. Esto ayudará a oxigenar tu cerebro y a normalizar tu pulsación. Orar: Pide a Dios que te ayude a recordar todo lo que estudiaste. La Biblia dice que el que tiene falta de sabiduría, debe pedirla a Dios, y él se la dará. Después del examen: Relájate: Recuerda que solo es un examen. El resultado que obtengas refleja lo que aprendiste sobre esa materia, y no tu inteligencia. No olvides que Dios nos creó a todos por igual, a su imagen y semejanza. Así que no te sientas derrotado si tus calificaciones no son las que esperabas.
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