Cada vez queda menos para la Navidad y, para hacer partícipes a las internas del Centro de Orientación Femenina (COF) de Obrajes de esta época del año llena de magia e ilusión. El grupo de Seguridad de ese recinto penitenciario convocó a la primera edición del concurso de elaboración de árboles navideños con material reciclado.
El 1 de diciembre al menos 250 internas participaron del concurso que fue lanzado el 15 de noviembre pasado. La presentación fue grupal, es decir, que cada cuarto elaboró su árbol explicó a EL DIARIO la teniente encargada de la actividad.
La oficial de Policía explicó que la finalidad del concurso fue distraer a las internas y aportar a su reinserción social y laboral, pues la elaboración de manualidades podría generarles un ingreso económico cuando dejen el penal.
En ese marco, la representante de seguridad explicó que el concurso consistió en la elaboración de un árbol de Navidad, empleando materiales reciclados. En el certamen – dijo – participaron todos los dormitorios.
“Todo estaba bonito, fue un día diferente para las internas, nos faltaron premios, no creíamos que el concurso tendría tan buena respuesta”, dijo.
Asimismo, apuntó que otro objetivo del concurso era sensibilizar a las internas sobre el reciclaje y la reutilización de materiales, porque el cuidado del medioambiente es uno de los puntos destacados de la institución del orden.
DATOS
La historia de la cárcel de Obrajes se remonta a la Década de 1950, en esa época los principales centros penitenciarios en Bolivia eran compartidos por ambos géneros. En el gobierno del presidente Hugo Ballivián Rojas se emite el decreto supremo N° 2626 que ordena la creación de una “Penitenciaria Central de Mujeres”, pero aún no estaba definido el lugar donde funcionaría.
El lugar donde se encuentran actualmente las instalaciones del centro de reclusión de Obrajes pertenecía a María Isaura Miranda, una anciana sumamente millonaria que no dejó herederos. Después de su muerte, varias personas decidieron ir a juicio por obtener su propiedad de 7.716 metros cuadrados a la cual había denominado como “Villa María”.
El 27 de septiembre de 1956, durante el primer gobierno del presidente Hernán Siles Suazo, se firmó el Decreto Supremo N° 4501 en donde el Estado boliviano expropia oficialmente el terreno disputado por particulares, con el objetivo de construir nuevas instalaciones exclusivamente solo para reclusas.
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