Mucha gente se conforma con un título, con un premio, con alcanzar alguna meta; sin embargo, no llegaremos a nuestro mayor logro hasta el final.
Alguien le preguntó al conocido escultor danés Thorwaldse:
No podemos conformarnos con lo que sea que hayamos logrado, Dios puede hacer mucho en nuestras vidas y nuestras metas no solamente deben ser mirando esta vida terrenal, sino que debemos poner nuestra mirada en la eternidad.
A todos nos gusta recibir algún elogio o reconocimiento, ver que aquello que nos propusimos es una realidad. Sin embargo, el mayor de los premios y de los logros que vamos a alcanzar será cuando lleguemos a la eternidad.
No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.
Filipenses 3:13,14 (NTV)
Persigue tus sueños, busca crecer y ser mejor en todos los ámbitos de tu vida: personal, familiar, profesional, espiritual; pero pon mayor énfasis en aquellas metas que tienen alcance de eternidad, aquellos logros que no perecerán cuando partas de esta tierra.
Pídele a Dios que te de sabiduría, fortaleza, discernimiento, para poder enfocarte en aquellas cosas que le agradan y en que su propósito en tu vida se cumpla.
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