Una frase dice: “tenía medias y me quejaba, hasta que vi un hombre que no tenía pies” A veces pensamos más en lo que no tenemos que en la bendición que recibimos cada día, por lo que todo el tiempo nos andamos quejando. En esta oportunidad me gustaría ayudarte a cambiar tu forma de pensar para darle gracias a Dios por su bondad y misericordia.
Gracias Dios porque a pesar de no tener mucho, lo tengo todo
Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.
Samos 139:13-14 (RVR 1960).
Alguien dijo que “dar gracias” es sencillo, pero a veces la rutina nos impide ser agradecidos; es decir, es tan normal ver cada mañana salir el sol, todas las noches la luna y las estrellas, que olvidamos agradecer por el aire que respiramos, por nuestros seres queridos, por el alimento, la paz y el gozo.
Dar gracias a Dios convierte los problemas en bendiciones
Es fácil ser agradecidos cuando las circunstancias están a nuestro favor. Por ejemplo, si nos aumentaron el sueldo, compramos un auto, casa o un celular; pero, ¿qué sucede si pasa lo contrario? Es decir, perdemos el empleo, nos roban o nos traicionan las personas que amamos ¿ese día recuerdas dar gracias al Señor?
No olvides que Dios desea que seamos agradecidos en todo, tanto en los tiempos fáciles como difíciles, cuando estemos bien y mal; esta es otra forma de alabar su nombre.
Todo lo que tengo y lo que soy es gracias al Amor de Dios
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.
Salmos 100:4-5 (RVR 1960).
El Señor desea nos acerquemos a su presencia con agradecimiento y alabanza, ¿cómo te acercas a Dios?
Pese a todo lo que estás enfrentando, te animo a darle gracias, primero por su amor, bondad y misericordia; porque a pesar de perder el empleo o cosas materiales aún continúas con vida; por el pan que está en tu mesa aun cuando no sea un banquete; tener pies, aunque no tengas un auto y por las personas que te aman.
¡Gracias Señor porque me das nuevas fuerzas!
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ
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