Hay muchas interrogantes en la vida que, muy probablemente, no se llegarán a resolver o a saber, pues las cosas secretas pertenecen a Jehová únicamente.
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Deuteronomio 29:29 (RVR 1960)
Hay situaciones en las que no hallamos una explicación del porqué suceden. Como la muerte de una persona bondadosa o un desastre natural que acaba con mucha gente, o los misterios científicos.
La Palabra de Dios nos muestra un principio en Deuteronomio 29:29: Dios no declara todo al hombre, porque Él es más grande e inteligente que el ser humano y así será siempre.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:8-9 (RVR 1960)
CUMPLAMOS NUESTRA PARTE Y DEJEMOS LAS COSAS SECRETAS A JEHOVÁ
Aunque hayan muchos que quieren descubrir secretos o resolver tantas interrogantes en la vida, personales o comunes de la sociedad, es más importante el que cumplamos lo que se nos ha revelado, que lo que no.
La Palabra de Dios nos ha sido dada para afectar la manera en que vivimos, es nuestra guía. No deberíamos recibirla como simple información espiritual o moral. Ésta debe transformar nuestra vida, por eso debemos recibirla con corazón dispuesto y humildad.
Dios no nos pedirá cuentas de las cosas secretas que no nos corresponden, lo hará de lo que sí, por ello esforcémonos por ser hijos obedientes, humildes y perseverantes.
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