Cuentan de un hombre que tenía un campo en medio del cual había una enorme piedra. Pensando en el gran esfuerzo que suponía removerla de su lugar, así que prefirió dejarla como estaba, aun cuando esto significase para él algunos inconvenientes cuando tenía que labrar y plantar el campo.
Un día por fin se decidió a quitarla. Cuál no sería su sorpresa al descubrir que en vez del enorme bloque que él se imaginaba bajo el suelo, no se trataba más que de una piedra llana depositada a flor de tierra y, por lo tanto, fácil de remover.
En muchas oportunidades dejamos de emprender negocios y renunciamos a oportunidades porque vemos una dificultad y pensando que será más problemático lidiar con ella, pasamos más trabajo y nos perdemos de grandes bendiciones, sin considerar que podría ser algo sencillo de solucionar.
Cuando Dios abre una puerta siempre nos da la fortaleza y la sabiduría para hacer frente a los inconvenientes que podamos encontrar en el camino, lo que demanda de nosotros es que creamos y nos esforcemos.
Es la misma orden que Dios le dio a Josué: Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas” (Josué 1:9 NTV) No iba a ser fácil conquistar la tierra prometida pero Dios estaría con Él siempre, sólo debía esforzarse y ser valiente.
Nunca permitas que un problema te aleje de tu bendición, recuerda que Dios está contigo y que ha prometido no abandonarte; además, debemos enfrentar las dificultades porque estas forjan nuestro carácter, nos enseñan, nos ayudan a crecer y fortalecen nuestra fe.
Remueve la piedra que está impidiendo que labres tu campo, no dejes que siga estorbando y alejándote de tu propósito; no importa su tamaño, con Dios no hay nada imposible.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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