Todos solemos pasar situaciones trágicas en las diferentes etapas de nuestra vida. Muchas de ellas no tienen explicaciones inmediatas ni posteriores; sin embargo, llega un tiempo donde todo tiene sentido. Dice en Romanos 9:10-12 NTV “Ese hijo fue nuestro antepasado Isaac. Cuando se casó con Rebeca, ella dio a luz mellizos. Sin embargo, antes de que nacieran, antes de que pudieran hacer algo bueno o malo, ella recibió un mensaje de Dios. (Este mensaje demuestra que Dios elige a la gente según sus propósitos; él llama a las personas, pero no según las buenas o malas acciones que hayan hecho). Se le dijo: «Tu hijo mayor servirá a tu hijo menor»” ¡Nacemos con un propósito! Nada es casualidad en esta vida, ni nadie está descartado por tener una vida complicada o en quietud. La pérdida de un ser querido, el abandono de tu cónyuge, el desamor de los padres o hijos, el desempleo, los problemas emocionales, la crisis de nuestro país, etc., todo se puede superar con la ayuda de Dios, el detalle es que nuestra confianza esté en la voluntad de Dios, en sus propósitos eternos, más que en los temporales. Hoy podemos estar llorando en desesperación pero mañana sabremos que ese dolor nos permitió ser más fuertes, sabios, emprendedores o que nuestra experiencia puede ayudar a otras personas a superar las circunstancias similares que vivimos nosotros, o porque necesitamos pasar por esto para cambiar algún aspecto malo de nosotros. Jesús tuvo una muerte trágica para salvarnos de la paga del pecado, así como Pablo sufrió persecución para que el evangelio sea esparcido por toda la tierra. El sufrimiento de ellos y muchos más trajo al mundo entero la esperanza de vida en Dios. Te animo a que averigües el propósito de Dios para tu vida y en la circunstancia que estás pasando, y ten presente que Dios te dice: “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11 NTV Etiquetar foto
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