-Mira, mamá, puedo hacer mis propios arcoíris – dijo un niñito lanzando con una manguera un chorro espaciado de agua en el aire, un día lleno de sol.- Y son iguales que los que hace Dios, sólo que son más pequeños.
-Sí, hijo – le contestó su madre- y esto es lo que quiere decir Dios en la Biblia cuando exhorta a ser como Jesús. Con la ayuda de Dios nos volvemos como Jesús por más que seamos mucho más pequeños.
El ser cristianos no nos hace seres perfectos, pero sí tenemos la obligación buscar ser cada día más como el Señor.
Nuestro mejor ejemplo es Jesús, a quién debemos imitar para que cada día vayamos acercándonos a lo que Dios quiere de nosotros.
¿Qué debemos hacer para parecernos más a Jesús? En Filipenses, el apóstol Pablo da unos consejos:
No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales
Filipenses 2:3-8 (NTV)
En esos versículos, Pablo nos muestra cómo debe ser nuestra relación con los demás y con Dios. Nos invita a ser humildes, a preocuparnos por los demás, a renunciar a privilegios y, también, a obedecer al Señor.
La Biblia es todo un manual de cómo debemos llevar nuestra vida para ser más como Jesús y alcanzar el propósito por el cual fuimos creamos.
Si bien es cierto que nunca llegaremos a ser iguales a Jesús, debemos procurar parecernos cada vez más a Él ¡Busca cada día ser más como Jesús!
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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