Salomón, quien fue considerado el hombre más sabio, escribió el libro de Eclesiastés tratando de explicar el significado de la vida. Lo hizo, tomando conciencia de sí mismo y conversando, charlando consigo mismo. Usa esas charlas para mostrarnos las preguntas y los procesos por descubrir la verdad.
Me dije: «A su debido tiempo, Dios juzgará a todos, tanto a los malos como a los buenos, por cada cosa que hayan hecho».
Eclesiastés 3:17 (NTV)
Nos demuestra que tiene, como nosotros, opciones acerca de la manera cómo ve la vida. Y es cuando concluye que todo tiene un propósito y quien otorga ese propósito es Dios. También, que todo lo que nos rodea es vanidad y que hay un tiempo para todo.
El libro completo de Eclesiastés es un ejemplo claro de charlas con uno mismo. Nuestras luchas internas, nuestras dudas, nuestras preguntas. Las maneras como a veces inquirimos a Dios, le preguntamos el por qué de ciertas cosas. Pero nunca olvidemos que Dios es Soberano.
Tengamos mucho cuidado de lo que cuestionamos, de lo que tenemos en nuestro corazón. Dios todo lo ve. Si nos cuidamos y nos acercamos cada día más a Dios, aprenderemos a responder a esas dudas con verdad. Con la base que formaremos de acuerdo con los deseos de Dios para con nosotros.
La vida tiene muchos problemas, y cada día tiene los propios. No ganamos nada preocupándonos de lo que no ha ocurrido, pero muchos tenemos esa tendencia. Cuando pasamos tiempo estudiando la Biblia y conversando con Dios, tenemos bases sólidas de sabiduría, gratitud y disfrute de esta vida que Dios nos ha dado.
Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy.
Mateo 6:34 (NTV)
Hagamos charlas con nosotros mismos y charlas con Dios. Es la mejor manera de analizar y estar claros y enfocados en lo correcto. No dejemos de leer la Biblia y pedir a Dios que nos de sabiduría a diario, que nos proteja y nos dirija siempre.
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