A diario nos encontramos frente a diferentes circunstancias en las que tenemos que elegir seguir el bien o el mal, y muchas veces no es sencillo tomar la decisión correcta, entonces ¿cómo vencer el mal con el bien?
Vencer el mal con el bien no depende solo ti
Erramos en creer que depende de nuestras propias fuerzas el vencer el mal con el bien, porque en realidad depende de si permitimos que Dios tenga la autoridad de obrar en nuestro comportamiento o no.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos 12:1-2 (RVR 1960)
¿Permites que Dios obre en ti o no?
La venganza es de Dios
¿Por qué dejar a Dios la venganza? Pues su justicia es perfecta, no se deja llevar por las emociones y su actuar es con sabiduría, no busca favorecer a unos o castigar a otros, sino que su respuesta es justa. Cada circunstancia adversa la utilizará para darse a conocer en amor y misericordia.
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
Romanos 12:19-20 (RVR 1960)
No te adelantes a tomar venganza o buscar tu propia justicia, sino encomienda tu causa en las manos de Dios, Él te defenderá mejor que nadie y, aunque no veas su favor de inmediato, ten la seguridad de que algo bueno sucederá para fortalecerte y bendecirte.
Ve contra la corriente
Quizás recibas consejos de cómo vengarte de aquel que te lastimó, pero antes de poner en acción esos consejos, recuerda que tu Señor es Dios, que Él pelea por ti y que debes ir en contra la corriente, pues somos llamados a vencer el mal con el bien.
Si te maldicen, bendícelos, pues el mal que te desean no te llegará porque Dios te protege. Además, esas vidas que quieren tu mal necesitan tanto del Señor como tú, y tu actitud es lo que reflejarás de Dios en ti, ¡que vean la diferencia a la repuesta común de venganza!
Confía en la justicia de Dios y vence el mal con el bien.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ
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