Es natural sentir temor ante la noticia de que algo malo se avecina, sin embargo, este miedo puede convertirse en paz si nos encontramos en un espacio seguro; no me refiero a una casa de hierro, un área resguardada por militares o alejada de la civilización, sino un lugar protegido por Dios donde estaremos a salvo.
La Biblia nos enseña:
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza.
Salmos 46:1-3 (RVR 1960)
En este pasaje podemos comprender que el ser humano puede pasar por muchas dificultades, que son ajenas a él mismo y que pueden hacerle desfallecer, pero debemos aprender a decir como el salmista: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos…” Tales palabras deben mencionarse con toda confianza, siendo nuestras armas de Fe ante la tempestad.
En este momento difícil que está atravesando el mundo, el corazón de muchas personas está desfalleciendo y no pueden encontrar paz en sus vidas. Para ello, tenemos la Palabra de Dios que nos enseña que cuando estemos angustiados podemos correr a Él y encontrar alivio, como la Biblia dice: “Él es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”.
Por tanto, si estás preocupado por la situación que está sucediendo en el mundo o por algún problema que presentas, te animamos a acercarte al Señor, solamente en Él encontraremos la verdadera paz y tranquilidad que necesitamos.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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