Es impresionante tener en cuenta el amor y la pasión de nuestro Creador por nosotros, que somos tan imperfectos. De toda su creación una de las cosas más pequeñas, y sin embargo sabe nuestros nombres, sabe cuántos cabellos tenemos en nuestra cabeza.
Realmente, ¿quiénes somos para que el Señor del universo ilumine nuestros caminos, y sienta nuestros dolores? Para que nuestro Rey de Reyes haya dado Su vida por nuestros pecados, se haya puesto en nuestro lugar para evitarnos el castigo, ¿quiénes somos?
¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;
Romanos 3:9-10 (RVR 1960)
Nunca olvidemos lo que nuestro Creador pagó por nosotros
Nunca debemos olvidar el alto precio que pagó Jesús por nosotros. Siendo Dios, vino y se humilló, haciéndose carne para vivir como nosotros. Sabiendo que era nuestro pago, ofreció Su vida y nos mostró con su comportamiento, cómo debemos comportarnos.
Cuando nos quejemos de lo que estamos pasando, no olvidemos recordar el dolor y las humillaciones que Él sufrió. No se compara ningún dolor nuestro al que experimentó nuestro Amado Rey.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isaías 53:5 (RVR 1960)
Que todos sepan de su amor
El mismo, cuya voz calmó los océanos y le obedecieron, nos abre los brazos cada vez que lo necesitamos y lo llamamos. ¿Quiénes somos para merecer tanto amor? Por ello le debemos tanta gratitud y tanta adoración, que nos encuentre adorándole cuando vuelva.
Nuestro Jesús, que limpiará toda lágrima de nuestros rostros, el que hace que todo funcione para nuestro bien. Hablemos sobre Él a todo el mundo, contemos la manera cómo nos salva de la muerte que nos separa de Dios para darnos vida eterna. Ese es nuestro Creador.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
MIRA NUESTRA ACTIVIDAD EN LAS REDES SOCIALES