Las promesas de Dios no fueron palabras solamente, sino hechos. Por ejemplo, cuando prometió que el pueblo de Israel sería liberado de la esclavitud de Egipto con grandes milagros, así sucedió. Así mismo, en Su Palabra estaba escrito que enviaría un Salvador que rescataría al mundo de la consecuencia de sus pecados y fue demostrado en la cruz.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
1 Juan 4:10 (RVR 1960).
El mundo estaba condenado por los pecados de la humanidad, el final era un sufrimiento eterno sin salida. Pero llegó Jesús, era una promesa que estaba escrita en el pasado y que fue cumplida por nuestro Padre Dios, no solo fueron palabras.
Gracias a la venida de Jesucristo y a su sacrificio, hoy podemos acercarnos al Señor simplemente por medio de una oración. Cuando tenemos un corazón arrepentido podemos ser limpios internamente y empezar de nuevo porque Dios nos da nuevos planes, sus promesas no fueron palabras solamente.
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Isaías 41:10 (RVR 1960).
Así como Dios cumplió su palabra, quisiera recordarte que aún tiene muchas promesas para ti en el presente y las cumplirá. Por tanto, no te desanimes, ni estés triste, Él prometió estar contigo y te ayudará, es tu sustento y protección; en esta oportunidad te animo a confiar en sus promesas.
Te animo a leer la Biblia y apropiarte de sus palabras, memoriza la promesa de Dios que te dé fuerzas y escríbela en todas partes, también compártela con tus seres queridos, de este modo nunca la olvidarás y verás la obra que Él hará en tu vida.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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